Según Pomona College, hubo 32 millones de latinos elegibles para votar en los Estados Unidos este año, lo
que convierte a los hispanohablantes nativos en el grupo étnico más grande del país y, lógicamente, en uno de los
grupos más codiciados en las elecciones.
Es cierto que si todos los latinos hubieran tenido una política idéntica y hubieran votado, habrían tenido el
poder de cambiar el resultado de las elecciones. Pero como lo demostró la elección presidencial más reciente, los
latinos no tienen puntos de vista idénticos, rompiendo los estereotipos que los identificaría como un grupo único de
ideas idénticas.
Si bien los demócratas generalmente reciben más de la mitad del voto latino, probablemente aquellos
preocupados por los ciudadanos de clase trabajadora y media, los republicanos ganan a los que tienen opiniones
sociales más conservadoras y dueños de negocios. El New York Times escribió que este año, "Trump mejoró su
proyección entre los votantes latinos, de menos del 30 por ciento en 2016 a aproximadamente un tercio este año".
Los latinos no solo están preocupados por las regulaciones de deportación e inmigración, muchos también
enfatizan las oportunidades laborales, los servicios médicos y la equidad social como preocupaciones principales,
según Tinker Salas, profesora de historia y estudios chicanos y latinos, el Pew Research Center descubrió que
cuando los latinos eran se les pidió que mencionan los problemas que más les preocupaban y citaron la economía,
la atención médica, la desigualdad racial y étnica y el COVID-19 como sus cuatro principales preocupaciones.
Los votantes latinos se sienten cansados de que se les culpe de muchos de los males del país y de
escuchar promesas incumplidas, dice Solas, quien dice que están "frustrados por ser dados por sentado o ser chivos
expiatorios por políticos sin escrúpulos que los culpan por los problemas sociales de la nación".
Existe un estereotipo que asocia a la comunidad latina con el partido de izquierda, aunque se ha
comprobado que las creencias de los latinos son increíblemente variadas. Por ejemplo, Taylor Valencia, una maestra
de primer año de primaria de 23 años, dijo que la campaña de Trump fue "un ataque a mis valores morales y a quién
soy". Por otro lado, Teresita Miglio, una contadora de 60 años que emigró de Cuba y asistió a una iglesia evangélica
en Miami, dijo que "el aborto es la prueba de fuego, Jesús es mi salvador y Trump es mi presidente". (New York
Times)
Una cosa está clara: el voto latino importa. A los cubanoamericanos se les atribuye la victoria de Trump en
Florida, y los mexicano-americanos pueden reclamar con razón su ayuda en la victoria de Joe Biden en Arizona. Lo
que esto significa para los latinos es que los políticos están más preparados que nunca para responder a los
problemas latinos, haciendo que registrarse para votar y votar sea más impactante que nunca para nuestra
comunidad.